E.S.O.
Educación Sexual Opcional
El clítoris

El Anatomista

En el año 1996 un escritor argentino inédito presentó una novela a un concurso literario organizado por la Fundación Fortabat.
El ganador del concurso recibiría un premio en dinero y la publicación de su libro.

La novela ganadora del concurso literario de la fundación Fortabat del año 1996 fue El Anatomista.

El Anatomista relataría la historia del ‘descubrimiento’ del clítoris en la edad media.

Las comillas en la palabra descubrimiento se deben a que no se descubrió porque estuviera oculto. Las ciencias médicas lo reconocieron como objeto de estudio.

Algunos meses luego de haber ganado el concurso surgió la noticia qué, habiendo Amalia de Fortabat leído personalmente el libro, se horrorizó por su contenido y ordenó retirar su premio.

Se armó un pequeño escándalo literario.

El escritor fue tapa de revista y de noticieros en horario principal durante uno o dos meses, en cuyas entrevistas se hablaba del clítoris.

Los noticieros de las 6:00 am sacaban al aire entrevistas a su escritor para preguntar por el premio y por el contenido sexual del libro.

Uno o dos meses después finalizó el escándalo. La historia oficial fue que el escritor recibió el premio en dinero que correspondía aunque simbólicamente su libro no ganó el concurso literario.

Aunque todo el escándalo pudo ser formalmente cierto, es probable que fuera una puesta en escena para que el clítoris fuera tapa de noticieros durante algunas semanas.

La puesta en abismo

La puesta en abismo de El Anatomista consistió en difundir el ‘descubrimiento’ del clítoris en este país a través de la publicación de un libro que relata… el ‘descubrimiento’ del clítoris.

Aún más sutil, es posible que el escándalo entre Fundación Fortabat y el escritor en el año 1996, luego de la publicación del libro, fuera una puesta en escena reflejando el contenido del libro.

El clítoris como ‘símbolo’ de la sexualidad femenina

Una diferencia entre el clítoris y las zonas sensibles masculinas sería que el clítoris se identifica claramente como un órgano no reproductivo.

El pene también posee zonas conocidas por tener más terminaciones nerviosas. El glande del pene, el círculo del pene en el origen del glande y el punto en la parte inferior del pene en el que comienza el frenillo del prepucio son zonas muy sensibles a la estimulación.

Estas zonas se consideran ‘indivisibles’ del resto del órgano, que sí es parte del sistema reproductivo.

La única ‘función’ conocida del clítoris es su sensibilidad a la estimulación.

Aunque existen muchas zonas sensibles en los cuerpos de las mujeres, quizá por ese motivo se lo considera ‘representante’ del derecho a una sexualidad placentera en las mujeres.

La invisibilización del clítoris

En la literatura de educación sexual de los años ’80 no se lo identificaba como un órgano de importancia ni en la anatomía femenina ni durante las relaciones sexuales. En ocasiones ni se lo mencionaba ni se lo ilustraba.

Una hipótesis de este texto es la existencia de una relación directa entre la invisibilización del clítoris y la explotación sexual de las mujeres.

En los países en los que el trabajo sexual se constituye como la única posibilidad laboral/económica para gran parte de su población, el clítoris se invisibilizaría por poseer ‘valor comercial negativo’.

Para quién consume trabajo sexual pago, el disfrute del trabajador sexual queda fuera de orden desde el instante en que expone su falta de interés en el deseo y en la voluntad de sus parejas sexuales.

Los placeres como un arma de batalla

En las relaciones concebidas como relaciones de dominación sobre la otra persona los orgasmos se suelen ‘administrar’ como ‘premios y castigos’ hacia la pareja sexual.

Denegar u ‘ocultar’ orgasmos durante las relaciones sexuales es un modo de hacer ‘reproches’ y desvalorar a una pareja sexo-afectiva como insatisfactoria.

Por su parte, los hombres que conciben las relaciones sexo-afectivas como relaciones de dominación se ‘ven’ a sí mismos como quienes ‘causan’ el goce femenino.

Quién concibe el sexo de ese modo se vuelve vulnerable.

Para este texto, el goce erótico, incluído el goce sexual, no se ‘causa’. El goce sexual se permite, o no, y se experimenta, o no.

No todas las parejas conciben las relaciones sexuales como relaciones de dominación.

Esta página se imprimió el día 2024-12-23 a las 12:19:01 hora ARG.
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