En estos textos lo que se llama vulva es la parte exterior de los genitales femeninos.
Se llama vagina a la parte interior de los genitales femeninos.
El clítoris es un órgano con cantidad de terminaciones nerviosas ubicado en la parte superior de la vulva.
El pene es el miembro sexual de los genitales masculinos. La parte del extremo del pene se llama glande.
La piel que recubre el glande se llama prepucio. En algunos hombres el prepucio se elimina por medio de una intervención quirúrgica, generalmente antes de los 5 años de edad. El motivo para la circuncisión del pene es remover los pliegues de piel para simplificar la higiene.
Los muslos posteriores son el comienzo de las piernas bajando desde los glúteos.
Los muslos interiores son la parte de los muslos que se orientan hacia la otra pierna.
Ambas zonas de los muslos, posterior e interior, son sensibles y se consideran zonas erógenas.
Los glúteos son los músculos de la cola sobre los que descansa el cuerpo al estar en posición sentada. El ano es el orificio de la cola.
En los textos en español de España, a la cola se la suele llamar culo, y al ano se le suele llamar cola.
La parte posterior y laterales del cuello son muy sensibles y se consideran zonas erógenas. También lo es la zona en que se une el cuello con los hombros.
La espalda es la zona posterior del cuerpo entre los hombros y los glúteos. Algunas zonas de la espalda son zonas erógenas.
La panza es la zona del cuerpo que baja del pecho hasta la pelvis. Alrededor del ombligo la piel de la panza es más sensible. La zona entre el ombligo y la pelvis se considera una zona erógena.
La cintura es la zona de los laterales a la altura de la panza, que une la panza con la espalda, justo arriba de los huesos laterales de la cadera. La cintura se considera una zona erógena.
Las zonas erógenas son zonas de la piel con terminaciones nerviosas más sensibles al tacto. El tacto quiere decir frotamientos suaves y superficiales o presiones puntuales suaves. Las presiones puntuales pueden ser sostenidas en el tiempo o breves y rítmicas.
Una ‘buena práctica’ de higiene personal es reservar algunas prendas de ropa interior para uso exclusivo durante las relaciones sexuales.
Si se adopta la práctica de usar ropa interior exclusiva para las salidas y para tener relaciones sexuales no es necesario ‘recordar’ si al instante de tener relaciones sexuales se está usando ropa interior en buen estado o no.
Existe una marca de ropa interior cuyo nombre es un juego de palabras.
Su primera acepción es ‘El secreto de (la reina) Victoria’.
La leyenda cuenta que durante el reinado de la reina Victoria en Gran Bretaña se inventó la ropa interior y otras prendas consideradas seductoras, como faldas de volados y miriñaques.
La segunda acepción es ‘el secreto de la victoria’.
Esta segunda acepción podría no referir a las prendas de ropa interior, mas al efecto de la intimidad entre dos individuos.
El ‘secreto de la victoria’ en las relaciones eróticas sería la construcción de la intimidad.
En algunas regiones sajonas no se permite la publicidad de ropa interior en la vía pública. Se considera contaminación visual.
Recordando cómo ocurre la comunicación, los significantes no poseen significado en sí mismos. El significado lo asigna siempre su receptor.
En la República Argentina la publicidad de ropa interior en la vía pública se encuentra en avenidas y autopistas, en portadas de revistas, en páginas de diarios, en páginas de internet, en vidrieras, en marquesinas de negocios, en TV, etc.
En muchos casos las modelos lucen menores de 18 años de edad.
Seguramente no sean menores de 18 años pero el significante, la foto de una persona en ropa interior en pose sexual, no carga un significado en sí mismo. El significado lo asigna quien lo interpreta.
Para los adultos que interpretan estas imágenes esas mujeres son menores de 18 años, sin importar su fecha de nacimiento.
Recordando la pulsión de imitación durante la adquisición de habilidades, que niñas y niños menores de edad deseen imitar a los adultos en sus formas de vestir y comportarse e imitar algunos comportamientos sexualizados es natural y sano. Es el modo en que niños se ‘convierten’ en adultos sexualmente activos.
Imitar vestir, hablar y caminar como modelos para lucir bien, para resultar atractivos y para seducir, y es correcto.
Lo cuestionable de la publicidad de modelos en ropa interior en la vía pública es que el significante está dirigido hacia adultos consumidores de trabajo sexual, quienes refuerzan los patrones de violencia sexual y de consumo de sexo pago, perpetúandolo.