La vestimenta posee múltiples funciones y usos en las relaciones sexo-afectivas.
El obvio es producir bienestar o incomodidad a quién viste, según la vestimenta concuerde o no con el entorno.
Se puede usar para producir sentido de pertenencia y repeler foráneos.
Para sentirse confortable se debe seguir más o menos el código de vestimenta del entorno.
No es necesario que la vestimenta sea llamativa ni costosa. La ropa realmente costosa no es llamativa. Es muy discreta, de modo que su valor real lo conozcan quienes están familiarizados con estas prendas.
En algunas redes sociales se da a conocer que un individuo posee mucho dinero disimulando alguna prenda muy costosa que sólo pueden identificar quienes saben de moda.
Lo mismo ocurre con los perfumes.
Los jóvenes tienden a preferir conjuntos más llamativos, atrevidos y ceñidos al cuerpo, como tops y jeans ajustados.
Las personas de más edad tienden a apreciar más los conjuntos sobrios y sugerentes, como blusas, pantalones sueltos de pana y vestidos ligeros de colores apagados.
Cuando las ropas están limpias generan confianza en uno mismo.
En los encuentros sexuales la vestimenta cumple un rol de juego sexual al vestirse y desvestirse.
Uno de los motivos del ejercicio del modelaje es incorporar como hábito sin esfuerzo coreografías al vestirse y desvestirse. Funcionan como atractivo sexual, tanto como los bailes eróticos. Otro motivo es ganar acceso a prendas que no se consiguen en la venta al público.
La coreografía del vestirse y desvestirse incluye elegir las prendas, acomodarlas, vestirlas de modo pausado.
Cuando la prenda es una camisa, sus botones se abrochan con paciencia.
Cuando la prenda son pantalones de jean o telas, se visten de modo que produzcan sonido de roce entre la tela y la piel al introducir las piernas.
De ser posible, se incluyen sonidos de apertura y cierre de cajones y puertas mientras al buscar prendas de vestir.
Las vestimentas más ‘complejas’ como camisas, soutiens de broche y cinturones se usan para desvestir a la pareja sexual. El modo de hacerlo depende de cada pareja. Es parte de la intimidad a constituir.
Cinturones, como los pantalones, producen sonidos de roce y de su hebilla al desabrocharse que forman parte de la creación de la escena erótica.
Estos sonidos únicamente se aprecian en entornos agradables y relajados. De haber sonidos de ambiente o música muy alta estos detalles se pierden.
Generalmente se aprecian mejor en parejas cuando ya constituyeron su intimidad.
Las vestimentas se ven más prolijas al estar planchadas.
Planchar camisas no es sencillo. Lleva su tiempo, no se puede planchar una camisa de apuro.
El modo de quitarse aros, collares y anillos puede usarse como efecto escénico.
Existen soutiens con hebillas intencionalmente difíciles de desabrochar, para invitar a hacerlo a la pareja sexo-afectiva como parte de la coreografía del desvestirse.
Al instante de quitarse la ropa es posible seguir una rutina contando segundos, tal como al realizar masajes.
Los juguetes sexuales
Los juguetes sexuales ‘oficiales’ se adquieren en casas de juguetes eróticos.
Al usar juguetes sexuales se ha de mantener su higiene según las instrucciones de cada dispositivo.
Los juguetes sexuales se pueden usar en soledad o con parejas sexuales.
En cualquier caso, por motivos de higiene se recomienda no compartirlos.
Los juguetes sexuales suelen ser onerosos. Por ese motivo los individuos tienden a reemplazarlos por otros objetos de uso cotidiano.
No usar ningún artefacto eléctrico ni electrónico enchufado a un tomacorrientes ni a un USB.
Sobre el cuerpo únicamente se usan artefactos a pilas o recargables. Vale para vibradores, afeitadoras, depiladoras, cortadoras de cabello, cepillos dentales eléctricos, masajeadores, etc.
2 o 4 pilas no tienen suficiente potencia para lastimar la piel. Un dispositivo eléctrico enchufado podría sufrir una suba de tensión que lo lleve a funcionar a más potencia de la que debería. No sería gravísimo pero, por ejemplo, afeitadoras eléctricas al estar enchufadas producen pellizcos en la piel que genera irritación.
Los elementos de depilación y cuidado del vello corporal se consiguen en las casas de productos de cuidado personal y belleza. Tienen productos para mujeres y para hombres, como las bigoteras. Algunas bigoteras incluyen un adaptador para vello púbico.
Vibradores y otros dispositivos que vibran poseen usos externos.
Las máquinas de peluquería más pequeñas producen vibraciones muy suaves al contacto directo con la piel, sin dañarla.
Esas vibraciones aplicadas en toques puntuales muy breves de menos de un segundo producen sensaciones placenteras en las zonas erógenas externas.
Se pueden usar en zonas erógenas externas como cuello, hombros, estómago, cintura, espalda y muslos.
Un modo de estimular genitales externos como el pene, la vulva, muslos, senos y clítoris es con pinceles.
Ese sería el motivo por el que el Barrio Chino de Buenos Aires esté repleto de pinceles. No habrían tantos estudiantes de arte en la ciudad para necesitar esa cantidad de pinceles.
El Barrio Chino de Buenos Aires comprende unas 8 manzanas. Allí puede encontrarse restaurantes típicos, supermercados de productos típicos y casas de venta de artículos.
Muchos de estos artículos poseen un uso cotidiano obvio y usos como estimulantes eróticos, como pinceles y las esferas chinas. Las esferas chinas son esferas de porcelana. Se pueden usar como decoración o para realizar masajes. Para otros usos creativos, consultar con una ginecóloga honesta.
A los pinceles en ocasiones se los refiere como ‘plumas’.
Al usar pinceles para estimular la vulva y el clítoris preferir aquellos que sean suaves y estén limpios. Luego de cada uso se lavan con agua fría y jabón blanco neutro o se descartan.
A la práctica de estimular a las parejas sexuales con pinceles o con las manos se la nombra como ‘pintar’.
Al ‘pintar’ se pueden dividir las zonas erógenas en secciones y contar el tiempo en cada sección. Las zonas más sensibles se suelen dejar para el final.
Existen aceites para realizar masajes.
La alternativa más económica son los aceites para bebés.
Los aceites y las sustancias oleosas son de uso externo únicamente.
Los lubricantes para genitales vienen en algunas cajas de preservativos. También se venden por separado en farmacias. Se piden como gel íntimo.
Para conocer qué productos que son seguros de aplicar sobre genitales consultar con una dermatóloga honesta.
En ningún caso introducir en los genitales objetos huecos ni que se puedan romper, como botellas.
Los objetos huecos pueden producir vacío. En ocasiones para retirarlo se debe consultar a un médico o a una guardia. No es gravísimo pero la situación puede producir vergüenza.
Propiciar este tipo de situaciones vergonzosas podría ser uno de los mecanismos de abuso hacia los trabajadores sexuales. El pudor se puede usar luego como mecanismo extorsivo.
Evitar situaciones vergonzosas con desconocidos es parte del cuidado personal.
Existen otros aceites comestibles y sustancias oleosas como la cera de soja. Consultar con una dermatóloga honesta acerca de la seguridad de su uso externo y sobre genitales.
Los genitales y los alrededores de los genitales pueden estimularse con pintalabios de manteca de cacao. Debe estar limpio y descartarse después de su uso.
Usarlo únicamente de manera superficial, de modo que no se rompa y quede un fragmento dentro de los genitales. De quedar dentro, consultar con una ginecóloga de confianza.
La zona externa del ano, como la zona del contorno de los labios de la boca, posee terminaciones nerviosas sensibles al tacto superficial suave y a la presión, no a la fricción.
Esas terminaciones nerviosas se ubican en la zona externa del ano. Para estimularlas se ejerce presión superficial suave.
De usar pincel para estimular la zona no debería pasar de una estimulación superficial y suave. Descartar después de su uso. No compartir los mismos elementos con parejas sexuales. Cada quién debe usar uno diferente.
Cuando se dispone de agua mineral o de agua potable de red luego de intercambiar besos o prácticas sexuales se suele beber agua mineral o agua potable.
El agua potable tiene sustancias bactericidas. Se las suele llamar ‘fluor’ o ‘lavandina’. No todas las aguas potables la poseen.
Beber un vaso de agua luego de tener relaciones sexuales serviría para ‘depurar’ fluídos intercambiados durante los besos.
Para realizar este enjuague existen coreografías, también.
Al finalizar la relación sexual puede a caminar desnudo/a con movimientos de modelo para tomar un vaso de agua, produciendo un efecto escénico más o menos erótico, dependiendo de cada espectador.
Modelos y algunos trabajadores sexuales aprenderían a hacerlo con gracia en desfiles de moda sin ropa, para deshinibirse.
Hombres pueden producir el mismo efecto escénico dejando los preservativos lejos, de modo que deban caminar desnudos para buscarlos.
En caso de tener sexo en la ducha o sobre superficies húmedas asegurase que no sea posible caer o golpearse. Podrían ser golpes fuertes.
Después de compartir un día o una noche con una pareja sexo-afectiva es posible interrumpir brevemente la ‘convivencia’ para que cada quién tenga tiempo de asearse en su propio espacio.